Una herencia no verbal
Yo soy Jenny Johanna Morales, nací el 30 de mayo de 1990 y actualmente tengo 19 años. Nunca he compartido mis vivencias con mi padre, para esta época ni siquiera recuerdo su rostro y mucho menos sus movimientos. Por el contrario, siempre he vivido con mi mamá y con mis dos hermanas, por ende la huella no verbal que se ha marcado en mi con el paso de los años, ha sido influenciada por mi mamá y su familia.
Desde que era muy pequeña, mis rasgos físicos han sido muy parecidos a los de mi madre; los ojos, la nariz y la sonrisa son algunas de las facciones del rostro que tenemos en común. Igualmente, somos muy parecidas en nuestra forma de ser, manejamos un temperamento fuerte y asumimos la vida de una manera similar. Pero además, de las características físicas y emocionales, también compartimos algunos gestos y movimientos.
Por ejemplo, cuando hace frío o cuando caminamos por la calle en días helados y de lluvia, tendemos a cruzarnos de brazos. Así mismo, solemos torcer la boca cuando algo o alguien nos desagrada y subimos los ojos cuando intentamos recordar información. Del mismo modo, cuando estamos en estado de nervios, movemos las manos, nos tocamos las uñas o manipulamos con frecuencia algún objeto que se encuentre cerca. Cuando algo nos causa aburrimiento y tenemos a la mano papel y lápiz, acostumbramos a rayar , a escribir nuestros nombres o a dibujar.
Sin embargo, no solo he estado influenciada por mi madre, sino también por su familia. Por ejemplo, tengo en común con una de mis tías la manera de pararme, cuando hago esto, tiendo a encoger el cuello o simplemente nunca me paro derecha. Algunas veces, las personas me dicen que tengo una mirada demasiado fuerte, esto es causado por todo el tiempo que compartí con mi abuelo, ya que por lo general, él era una persona bastante seria.
Las anteriores características, son al igual que mis rasgos físicos, mi forma de ser o mi personalidad, una definición de lo que soy yo, porque aunque muchas veces se cree que los gestos y los movimientos son solo manifestaciones espontáneas o tal vez involuntarias, es preciso dejar claro que son mucho más que esto, cada movimiento facial o corporal puede llegar a tener una carga significativa bastante fuerte, es decir, puede llegar a comunicar mucho más que las mismas palabras. Finalmente, hoy por hoy, puede ser complicado definirme entre tantas cosas que de una u otra manera me han afectado, sin embargo, tengo muy claro que un simple gesto o un movimiento casual, pueden decir mucho de mí.
Yo soy Jenny Johanna Morales, nací el 30 de mayo de 1990 y actualmente tengo 19 años. Nunca he compartido mis vivencias con mi padre, para esta época ni siquiera recuerdo su rostro y mucho menos sus movimientos. Por el contrario, siempre he vivido con mi mamá y con mis dos hermanas, por ende la huella no verbal que se ha marcado en mi con el paso de los años, ha sido influenciada por mi mamá y su familia.
Desde que era muy pequeña, mis rasgos físicos han sido muy parecidos a los de mi madre; los ojos, la nariz y la sonrisa son algunas de las facciones del rostro que tenemos en común. Igualmente, somos muy parecidas en nuestra forma de ser, manejamos un temperamento fuerte y asumimos la vida de una manera similar. Pero además, de las características físicas y emocionales, también compartimos algunos gestos y movimientos.
Por ejemplo, cuando hace frío o cuando caminamos por la calle en días helados y de lluvia, tendemos a cruzarnos de brazos. Así mismo, solemos torcer la boca cuando algo o alguien nos desagrada y subimos los ojos cuando intentamos recordar información. Del mismo modo, cuando estamos en estado de nervios, movemos las manos, nos tocamos las uñas o manipulamos con frecuencia algún objeto que se encuentre cerca. Cuando algo nos causa aburrimiento y tenemos a la mano papel y lápiz, acostumbramos a rayar , a escribir nuestros nombres o a dibujar.
Sin embargo, no solo he estado influenciada por mi madre, sino también por su familia. Por ejemplo, tengo en común con una de mis tías la manera de pararme, cuando hago esto, tiendo a encoger el cuello o simplemente nunca me paro derecha. Algunas veces, las personas me dicen que tengo una mirada demasiado fuerte, esto es causado por todo el tiempo que compartí con mi abuelo, ya que por lo general, él era una persona bastante seria.
Las anteriores características, son al igual que mis rasgos físicos, mi forma de ser o mi personalidad, una definición de lo que soy yo, porque aunque muchas veces se cree que los gestos y los movimientos son solo manifestaciones espontáneas o tal vez involuntarias, es preciso dejar claro que son mucho más que esto, cada movimiento facial o corporal puede llegar a tener una carga significativa bastante fuerte, es decir, puede llegar a comunicar mucho más que las mismas palabras. Finalmente, hoy por hoy, puede ser complicado definirme entre tantas cosas que de una u otra manera me han afectado, sin embargo, tengo muy claro que un simple gesto o un movimiento casual, pueden decir mucho de mí.
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